Estamos
viviendo situaciones no esperadas, ni deseadas en estos tiempos. Por un
lado, una enfermedad mortal en un porcentaje muy alto de sus afectados,
que solo interesa y buscan remedios cuando llega a lo que llamamos el
1º mundo (no está claro los motivos de este apelativo).
Resulta dramático ver y
escuchar multitud de declaraciones sobre esta enfermedad (Ébola), que
hasta hace poco no interesaba ni a los medios de comunicación, ni a los
líderes mundiales. Estaba claro, que como era una enfermedad que solo
afectaba en África no “interesaba”. Resulta dramático y penoso, que
ahora cuando hay infectados europeos y americanos, es cuando se intentan
buscar soluciones médicas a esta enfermedad. ¡Que pena de este mundo
insolidario!
Hemos llegado a escuchar
que sería mucho mejor negar cualquier asistencia sanitaria en Europa,
para evitar contagios...???. Y la pregunta es: ¿Por qué la comunidad
internacional no ha hecho nada hasta que han saltado las alarmas en
occidente? ¿Solo los blancos tienen derecho a recibir tratamiento contra
el Ébola?
No hay nada peor que la
insolidaridad en este mundo plagado de injusticia y pobreza en una parte
importantísima de nuestra sociedad mundial. Debemos instar a que se
busquen soluciones a enfermedades como esta, y otras muchas, como la
malaria, el dengue, el cólera y otras muchas que afectan a millones de
personas en países empobrecidos. Seguramente si se hubiera invertido
algo de dinero en la investigación de estas enfermedades, ya habría
antídotos. Y el coste seguro que sería inferior al derroche que vemos a
diario en nuestras calles y a través de los medios de comunicación, en
todos estos países que ahora vislumbran peligro de contagio.
La comunidad científica,
con algunas excepciones, no ha denunciado, ni presionado o lo ha hecho
poco, para implicar a los Gobiernos, con el objetivo de erradicar esta
enfermedad y evitar que siga sin ningún control, y que no haya
antidotos contrastados y efectivos hasta el momento. ¡Es hora que todos
reflexionemos!
En España, nos hemos
encontramos con un contagio que nadie sabe como ha sido posible, pero
está claro que algo en los protocolos ha fallado, y que ni España, ni
Europa, ni Estados Unidos, están preparados para casos de este tipo, ya
que la transmisión de la enfermedad se produce en un periodo largo
(entre 10 y 21 días).
Todo
el mundo echa la culpa del contagio a otros, o a la falta de
información, falta de formación, mala aplicación de los protocolos, mal
diseño de los protocolos, falta de control en la aplicación de estos,
falta de seguimiento al personal cercano al paciente infectado……y así
una larga lista de posibles culpabilidades. No sabemos que ha pasado, y a
lo mejor no lo sabremos nunca.
Esperemos que Teresa, así
lo deseamos de todo corazón, se recupere de forma inmediata, y que
todos los que están bajo vigilancia medica, no tengan ninguna evolución
negativa. Y por supuesto, no nos podemos olvidar de los miles de
afectados por este virus en el continente africano. Que dentro de poco,
podamos decir que esta enfermedad se ha erradicado del mundo.
En
este mundo globalizado de hoy en día, es necesario que todos los países
pongamos de nuestra parte, para conseguir un mundo mejor, sin pobrezas,
sin enfermedades contagiosas, sin niños sin escolarizar, sin muchas
otras carencias actuales. Es complicado y difícil, ¡SI!, pero es nuestro
deber como ciudadanos y personas, es intentar que sea así, y cuanto
antes mejor. Hoy solo nos debe importar una sola cosa: Que los
contagiados se puedan curar y evitar que este virus se propague, lo
demás poco importa.
En
cuanto a los caraduras, tal como figura en el título de este artículo,
tienen nombre y apellidos, me refiero en concreto a los “beneficiados”
con tarjeta la Visa, de tarifa plana y gratuita de Bankia. Es
una autentica vergüenza que nos tengamos que enterar ahora, que algunos
de los implicados sean consejeros nombrados por todos los partidos,
patronales y ….¡sindicatos!.
Lamentable es que uno de
ellos, Arturo Fernández (CEOE), ese que decía que …”los funcionarios
trabajan poco” (cita textual), y nos ha demostrado que el tenía mucho
trabajo, llevándose y gastando el dinero de Bankia.
Pero mucho, muchísimo
peor, es que los “sindicalistos” de UGT y CCOO, se hayan llevado el
dinero por todo 2l "morro". Bueno…. miento, un sindicalista de UGT,
Félix Manuel Sánchez, y eso le honra, no ha gastado ni un solo euro a
pesar de tener la misma tarjeta que los demás, al igual que otros tres
Consejeros de un total de 86 que tenían la citada tarjeta.
Pues bien, estos
“colegas” con su tarjeta Oro en la mano, han incumplido con todo lo que
representan, y han dejado el movimiento sindical por los suelos, ya
bastante mancillado por los escándalos de la formación de esos mismos
sindicatos. ¡Menos mal que NO todos los sindicatos somos iguales!
Desde la USO repudiamos
este comportamiento vil y lamentable por lo que representan como
representantes de una organización sindical. Pero también, debemos
manifestar nuestro mas absoluto apoyo a esos otros sindicalistas, tanto
de UGT y CCOO, que realizan su trabajo sindical desde la honestidad, en
contacto directo con los trabajadores. Apoyo y reconocimiento a ellos y a
otros miles de sindicalistas que militan en otras organizaciones
sindicales, y que SOLO trabajan en mejorar las condiciones de trabajo,
sociales y económicas de los trabajadores.
Aunque también les
decimos, que ahora es mas necesaria que nunca la regeneración sindical, y
debemos dar ejemplo a la sociedad. No podemos seguir percibiendo ayudas
de ningún tipo de las Administraciones o Empresas. Nuestra fuerza e
independencia tiene que salir de donde lo ha hecho siempre, de nuestros
afiliados y trabajadores. Seguramente habrá menos medios, pero los que
haya, servirán para tener mas fuerza moral, a la hora de negociar en
nombre de los trabajadores. Desde la USO pensamos esto, y estamos empeñados en este objetivo (Ver campaña sobre la regeneración sindical).
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