Después de 7 años de crisis económica, conmemoramos este 28 de Abril de
2014, Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo en un contexto
de brutal retroceso, no sólo de los derechos de los trabajadores y
trabajadoras, sino también de la inversión en materia de Seguridad y
Salud laboral.
Esta situación está teniendo dramáticas consecuencias y los datos, tras
años de falso optimismo, revelan el abandono de las políticas de
Prevención de Riesgos Laborales en nuestro país. Por primera vez en
mucho tiempo el Índice de Incidencia de Accidentes con Baja en Jornada
sube, situándose en 2.899 accidentes por cada 100.000.
Este incremento es más significativo si tenemos en cuenta las trabas de
Mutuas y empresas para el reconocimiento del origen laboral de
accidentes y enfermedades. Desde la USO denunciamos que este problema es
especialmente grave en el caso de las enfermedades que causa el
trabajo, que en su mayor parte, se tratan como Contingencias Comunes.
Las Enfermedades Profesionales son las grandes olvidadas de la
prevención, dado que sus consecuencias no son instantáneas, se
infradeclaran y se ignora que es necesario combatir los riesgos que las
provocan, de hecho, se ha estimado que el 83% de las Enfermedades
Profesionales no son reconocidas como tales. Según la OIT las
enfermedades profesionales causan un número de muertes seis veces mayor
que los accidentes laborales
Al no ser reconocido su origen laboral no sólo la prestación que se
recibe es menor, sino que se contribuye al aumento de casos. La
situación económica, la el desempleo y la facilitación del despido tras
la Reforma Laboral hace que muchas personas acaben acudiendo al trabajo
enfermos por miedo al despido o se den de alta de forma prematura,
exponiéndose por tanto a aquello que les enferma y aumentando el peligro
de accidente laboral. En 2013, el número de bajas por contingencias
comunes se ha reducido un 41% y su duración un 17%.
Desde la USO ya hemos denunciado que, además, este sistemático
ocultamiento de las enfermedades causadas por el trabajo y el no
reconocimiento de su origen laboral, carga a los Servicios Públicos de
Salud con costes que no le corresponden cuando son las Mutuas las que
deben asumirlos.
El Anteproyecto de Ley de Mutuas, no hace más que agravar la situación.
Lejos de pretender buscar a una mejor protección de los Accidentes y
Enfermedades del Trabajo, otorga casi plenos poderes a las Mutuas en el
control de las Contingencias Comunes, en las que podrán dar altas una
vez se apruebe la Ley. Desde la USO exigimos al Gobierno que retire el
Anteproyecto de Ley de Mutuas; las Administraciones Públicas deben
garantizar la protección de la salud, poniendo como prioridad establecer
políticas para el adecuado reconocimiento del origen profesional de
todos los accidentes y enfermedades que lo sean, así como para hacer
cumplir a las empresas y a la administración sus obligaciones en materia
de Salud Laboral.
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