LOS 40.000 FUNCIONARIOS DE LA JUNTA ARRASTRAN UNA PÉRDIDA DE PODER ADQUISITIVO DEL 35% DESDE 2010
Profesores, médicos, enfermeros, empleados de los juzgados
y personal de administración seguirán soportando los recortes en 2014.
Cuando María obtuvo su plaza como auxiliar administrativo
de la Junta de Andalucía jamás imaginó que ocho años después se vería con que
no le salen las cuentas para llegar a fin de mes. Con su pareja en el paro y
sin ningún tipo de ingreso, y una pequeña de 16 meses, el pago de la hipoteca
se ha convertido en una losa cada vez más pesada, hasta el punto de que «más de
una vez» ha tenido que pedir ayuda a sus padres para hacer frente a algún
imprevisto. La situación de esta joven funcionaria no difiere mucho de la que
están viviendo miles de familias malagueñas, pero viene a reflejar la realidad
de un colectivo que siempre ha sido tachado de privilegiado pero que, en mayor
o menor medida, tampoco vive ajeno a los recortes. «Aunque podamos llorar con
un ojo por tener un puesto de trabajo, muchos no somos ni mileuristas», precisa
esta empleada pública a la que la Junta de Andalucía va a mantener durante 2014
las medidas de ajuste que ya vienen soportando desde que el Gobierno de José
Luis Rodríguez Zapatero sacó en 2010 por primera vez la tijera a los empleados
públicos. Entre los recortes aplicados en el ámbito estatal (rebaja salarial
del 5%, supresión de la paga de Navidad de 2012, congelación del sueldo desde
2010) y las medidas adicionales aprobadas por el Ejecutivo autonómico
(suspensión de gratificaciones extraordinarias, reducción del 10% de la
productividad, eliminación de ayudas de acción social y recorte del complemento
específico en dos pagas extras), los cerca de 40.000 funcionarios y empleados
públicos que la Junta tiene en la provincia entre médicos, enfermeros,
profesores, personal de los juzgados y de la propia estructura administrativa
se han dejado por el camino en torno a un 35% del poder adquisitivo, incluida
la subida media del 3% en las retenciones del IRPF que implantó el Ejecutivo
central en 2012 para el conjunto de los españoles.¿Cuánto supone todo esto en
dinero? La cuantía puede distar un mundo en función de la categoría profesional
y del peso que los complementos y otros conceptos variables tengan en la
nómina. De este modo, la horquilla se sitúa entre los 2.000 euros anuales que
ha dejado de ganar un auxiliar administrativo -el escalafón más bajo en la
estructura orgánica- y los cerca de 15.000 en el caso de un facultativo de un
hospital, pasando por los 4.000 de un empleado judicial del cuerpo de gestión
procesal, los 5.500 de un trabajador social o los 8.000 de un profesor de
instituto. Así lo apuntan los sindicatos específicos de cada sector, que ya se
preparan dar batalla contra el nuevo recorte que les impondrá la Junta en 2014
en claro perjuicio respecto a los empleados de la Administración General del
Estado, al mantenerse por tercer año la supresión del complemento autonómico de
las pagas extras, que suponen un tercio de las extraordinarias que se abonan en
junio y diciembre. Una pérdida media de unos 1.250 euros anuales para los
trabajadores pero que, sólo en la provincia, reportarán a las arcas andaluzas
un ahorro de unos 50 millones de euros (326 para el total de los 260.000
empleados autonómicos).
En los juzgados se
producen dos realidades paralelas. Mientras las nóminas de jueces, fiscales y
secretarios judiciales se fijan en el Ministerio de Justicia, al colectivo que
conforman los cuerpos generales (1.700 empleados) la Junta sí que le quita el
equivalente a una paga. «A los que menos cobramos es a los que nos quitan los
complementos específicos», apunta el portavoz del sindicato SPJ-USO, Adriano
Moreno, quien a modo de reflexión lanza un aviso a navegantes: «Cuando
empezaron los recortes al empleado público, la sociedad lo veía justificado,
pero luego se trasladaron al sector privado. Si esto no para, no sé dónde vamos
a llegar».
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