jueves, 1 de septiembre de 2016

LAS 30 COSAS QUE REALMENTE FASTIDIAN AL CIUDADANO DE LA JUSTICIA



Suele decirse gráficamente y con cruel broma, que el justiciable sale de la Justicia ajusticiado.
Lo cierto es que la Justicia es un servicio público que ni es infalible ni puede contentar a todos.
1. No es infalible porque la ciencia jurídica no es exacta por muchas razones, aunque me limitaré a esbozar tres.
En primer lugar, los principios generales del derecho tienen alcance impreciso y fuerza desigual, además de no guardar jerarquía, de manera que en ocasiones se puede parafrasear a Groucho Marx: “Si no se resuelve el litigio con estos principios, tengo estos otros”.
En segundo lugar, las leyes suelen responder a criterios políticos e intereses que no siempre coinciden con los generales, su factura técnica es deficiente, y allí donde hay terrenos espinosos suele acudirse a dejar una cómoda laguna legal o bien a términos ambiguos.
Y en tercer lugar, porque la condición humana de jueces, abogados, fiscales y litigantes provoca actitudes, aptitudes y estrategias que conducen a resultados injustos, aunque bajo la fuerza de la cosa juzgada, la seguridad jurídica o la artimaña procesal, o la inexistencia de recursos frente al error o torpeza judicial.
2. Además, la Justicia que aplican los jueces no puede contentar a todos por la propia naturaleza dual del litigio, en que existen dos partes que buscan su propio interés o razón (y en ocasiones multilateral, por la acumulación de acciones o presencia de codemandados).

3. Dicho esto, este verano me invitaron a través de twitter a abordar, siguiendo la línea de mi viejo post 30 cosas que irritan a un juez de un abogado, o las 30 cosas que irritan a un abogado de un juez, o de las frases que un abogado odia del cliente, el escenario de las cosas que irritan a un justiciable de la Justicia.
Así que, a bote pronto, y como corresponde a la época vacacional, citaría las siguientes 30 cosas que a un ciudadano le fastidian de su relación con la Justicia:
1. Le fastidia tener que embarcarse en un litigio para demostrar lo que él cree que el Derecho le ampara, cuando él nunca quiso meterse en pleitos y siempre tuvo presente la maldición gitana (“pleitos tengas y los ganes”).
2. Le fastidia tener que contratar un abogado con los costes de tiempo, dinero y energías y especialmente le fastidia eso de la “provisión de fondos” cuando el mismo siempre pediría una garantía o señal si prestase un servicio sin cobro al contado.
3. Le fastidia no entender la jungla de Juzgados y Tribunales: Violencia doméstica, penal, laboral, instrucción, instancia… Audiencias, Salas… Ni quien diantres manda en su pleito… pues no sabe si la decisión sobre su caso o incidente es competencia de ese Juez, de ese Letrado de Justicia (antiguo secretario judicial, tampoco entiende el cambio de nombre del cargo) o de eso que se llama Oficina Judicial.
4. Le fastidia no entender la razón de tener que seguir una vía administrativa, formarse un expediente, hacer un recurso administrativo, formular un demanda, pedir cautelares, proponer pruebas y conclusiones… cuando su tema podría solucionarse hablando con un Concejal o político y con un buen mediador o árbitro, con sentido común y sin esas leyes ininteligibles.
5. Le fastidia tener que bucear en sus archivos, cajones y memoria para buscar testigos, documentos y cualquier prueba que permita al abogado tejer su demanda o contestación.
6. Le fastidia tener que aceptar que su medida cautelar será probablemente denegada y tendrá que soportar el atropello hasta que llegue la sentencia, sufriendo en silencio y poniendo su fe a largo plazo, cuando quizá la sentencia intente deshacer un entuerto que se perpetró años atrás.
7. Le fastidia que el pleito se convierta en la historia interminable, como el juego de la oca, va de incidente en incidente, marcha atrás, turno sin jugar, le adelantan…
8. Le fastidia no entender que su pleito en el Juzgado que le tocó en suerte (o desgracia) va más despacio que el asunto similar de otro interesado que va acelerado en el Juzgado vecino, y sin alcanzar la certeza tampoco de si es mejor para la justicia un Juez-liebre o un Juez-tortuga.
9. Le fastidia que las buenas noticias del pleito parecen llegar rápido (admisiones, cautelares estimadas, etc) y en cambio las malas noticias (incidentes desestimado, pruebas rechazadas, sentencia desfavorable, etc) parecen llegar tarde o no llegar.
10. Le fastidia no entender que su abogado le frene los pies para que no visite o pida entrevista al juez cuando él quisiera cara a cara explicarle “lo que hay”.
11. Le fastidia que los escritos del juez le llamen “actor” cuando no es su profesión, o que consideren “impertinente” su prueba testifical y “pertinente” la del contrario.
12. Le fastidia que le hayan citado para comparecer en la vista oral y ser interrogado por la otra parte, y verse enfrentado a un abogado despiadado, y además que le citen en una fecha en que le viene en gana al juez pese a tener el particular su propia agenda personal y familiar.
13. Le fastidia que su abogado en el pasillo mientras esperan la vista oral, hable con el abogado contrario con familiaridad y cortesía… ¿estará vendido?
14. Le fastidia asistir sentado en un banquillo a una especie de circo donde todos van disfrazados con toga, se hablan con afectación, y siguen ritos extraños, cuando para el cliente su derecho está claro pues quiere cobrar, que no le multen, que no le expropien, etc.
15. Le fastidia que quiere intervenir y hablar en la vista oral, para corregir los disparates o mentiras que escucha, pero el juez no le deja, mientras su abogado le hace señales de que guarde silencio y compostura en sala.
16. Le fastidia observar conteniéndose a los testigos de la parte contraria, que además los conoce, como dicen lo que él cree mentira, o al menos, como se portan deslealmente con él.
17. Le fastidia que el abogado no siga sus instrucciones como cliente que paga, porque él quería decir una cosa y mostrarle al juez otra y cantar las cuarenta a ese perito…y sin embargo su abogado hace lo que le da le gana… o eso le parece.
18. Le fastidia enormemente que esperaba una decisión de fondo en la sentencia, que zanjase de una vez el litigio, y ha obtenido una sentencia que parece tomarle el pelo, pues aprecia inadmisión o se limita a disponer la marcha atrás para volver a la casilla de salida (ya sea “retroacción de actuaciones” del procedimiento administrativo, o “nulidad de actuaciones” del procedimiento judicial).
19. Le fastidia leer la sentencia varias veces y no comprenderla pese a que su abogado le explica los tecnicismos (en cambio si la sentencia es favorable le basta con comprender el “Fallo”).
20. Le fastidia al leer la sentencia, pese a que consideraba su asunto importantísimo, el que reciba una sentencia de “corta y pega” o que lo despacha con pocas líneas, a veces parcas, a veces rituales y a veces ininteligibles, y piensa… ¿para esto pago yo mis impuestos?
21. Le fastidia tener que reconocer que, pese a que su abogado le advirtió del riesgo de perderlo, se empecinó en ello, en seguir adelante y no dar un paso procesal hacia atrás, ni para tomar carrera.
22. Le fastidia la condena en costas, y mucho más le fastidia, no solo que su abogado no podía anticiparle el monto que podría suponer en caso de perder, sino que la cifra máxima fijada por el juez que le tocó en suerte es más elevada que el criterio del juez vecino para caso sustancialmente igual.
23. Le fastidia, tras el desenlace desfavorable, tener que aguantar las preguntas de amigos y vecinos sobre si ya “salió la sentencia”, por la sensación de “cornudo y apaleado”.
24. Le fastidia, si el desenlace es favorable, que el fuero le ha costado medio huevo, porque aun ganando el pleito no ha sido gratis.
25. Le fastidia, si el desenlace es favorable, que la otra parte ha recurrido la sentencia y que se vuelve otra vez al terreno judicial.
26. Le fastidia que con sentencia firme favorable, la ejecución lleva más tiempo y costes que el desarrollo del litigio principal, y más le fastidia que los autos judiciales le digan sin ruborizarse que la sentencia es “de imposible cumplimiento”.
27. Le fastidia que el juez en su sentencia se declara cumplidor de la Ley pero se olvida de la Justicia, cuando siempre pensó que el buen juez debería primero aplicar justicia y postergar formalismos y leyes absurdas.
28. Le fastidia el corporativismo judicial que destila el que su apelación o casación sea desestimada, como la de la mayor parte de amigos o conocidos que han tenido que recurrir sentencias.
29. Le fastidia que, por lo que dicen los medios de comunicación, la justicia está politizada, ya que a él no le engañan con esa distinción artificiosa entre Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial y el Poder Judicial, pues al fin y al cabo, parece que todos visten toga y son la misma camada.
30. Le fastidia “el papelón” de que todos hablen de la “justicia sin papeles” y él solo hace que barajar documentos, aportarlos o sufrir el reproche de no aportarlos.
Pero lo que más le fastidia es saber que si existe otro riesgo de sus intereses o derechos, si no quiere echarse al monte con la escopeta, no tiene más remedio que confiar nuevamente en la ruleta judicial.
En fin, tómese lo dicho como una caricatura, que como toda caricatura exagera situaciones y se fija más en la patología que en la regla general, y que intenta ofrecer una chispa amena en el período vacacional. WEB JRChaves.

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