Suele decirse
gráficamente y con cruel broma, que el justiciable sale de la
Justicia ajusticiado.
Lo cierto es que la
Justicia es un servicio público que ni es infalible ni puede contentar a todos.
1. No es
infalible porque la ciencia jurídica no es exacta por muchas razones,
aunque me limitaré a esbozar tres.
En primer lugar, los principios
generales del derecho tienen alcance impreciso y fuerza desigual,
además de no guardar jerarquía, de manera que en ocasiones se puede parafrasear
a Groucho Marx: “Si no se resuelve el litigio con estos principios,
tengo estos otros”.
En segundo lugar, las
leyes suelen responder a criterios políticos e intereses que no siempre
coinciden con los generales, su factura técnica es deficiente, y allí donde
hay terrenos espinosos suele acudirse a dejar una cómoda laguna legal o bien a
términos ambiguos.
Y en tercer lugar,
porque la condición humana de jueces, abogados, fiscales y litigantes
provoca actitudes, aptitudes y estrategias que conducen a resultados injustos,
aunque bajo la fuerza de la cosa juzgada, la seguridad jurídica o la artimaña
procesal, o la inexistencia de recursos frente al error o torpeza judicial.
2. Además, la
Justicia que aplican los jueces no puede contentar a todos por la
propia naturaleza dual del litigio, en que existen dos partes que buscan su
propio interés o razón (y en ocasiones multilateral, por la acumulación de
acciones o presencia de codemandados).
3. Dicho esto, este
verano me invitaron a través de twitter a abordar, siguiendo la línea de mi
viejo post 30 cosas que irritan a un juez de un abogado, o las 30 cosas que irritan a un abogado de un juez, o de las frases que un abogado odia del cliente, el escenario de las
cosas que irritan a un justiciable de la Justicia.
Así que, a bote pronto,
y como corresponde a la época vacacional, citaría las siguientes 30
cosas que a un ciudadano le fastidian de su relación con la Justicia:
1. Le fastidia tener
que embarcarse en un litigio para demostrar lo que él cree que el Derecho le
ampara, cuando él nunca quiso meterse en pleitos y siempre tuvo presente la
maldición gitana (“pleitos tengas y los ganes”).
2. Le fastidia tener que
contratar un abogado con los costes de tiempo, dinero y energías y
especialmente le fastidia eso de la “provisión de fondos” cuando el mismo
siempre pediría una garantía o señal si prestase un servicio sin cobro al
contado.
3. Le fastidia no
entender la jungla de Juzgados y Tribunales: Violencia doméstica, penal,
laboral, instrucción, instancia… Audiencias, Salas… Ni quien diantres manda en
su pleito… pues no sabe si la decisión sobre su caso o incidente es competencia
de ese Juez, de ese Letrado de Justicia (antiguo secretario judicial, tampoco
entiende el cambio de nombre del cargo) o de eso que se llama Oficina Judicial.
4. Le fastidia no
entender la razón de tener que seguir una vía administrativa, formarse un
expediente, hacer un recurso administrativo, formular un demanda, pedir
cautelares, proponer pruebas y conclusiones… cuando su tema podría solucionarse
hablando con un Concejal o político y con un buen mediador o árbitro, con
sentido común y sin esas leyes ininteligibles.
5. Le fastidia tener que
bucear en sus archivos, cajones y memoria para buscar testigos, documentos y
cualquier prueba que permita al abogado tejer su demanda o contestación.
6. Le fastidia tener
que aceptar que su medida cautelar será probablemente denegada y tendrá que
soportar el atropello hasta que llegue la sentencia, sufriendo en silencio y
poniendo su fe a largo plazo, cuando quizá la sentencia intente deshacer un
entuerto que se perpetró años atrás.
7. Le fastidia que el
pleito se convierta en la historia interminable, como el juego de la oca, va de
incidente en incidente, marcha atrás, turno sin jugar, le adelantan…
8. Le fastidia no
entender que su pleito en el Juzgado que le tocó en suerte (o desgracia) va más
despacio que el asunto similar de otro interesado que va acelerado en el
Juzgado vecino, y sin alcanzar la certeza tampoco de si es mejor para la
justicia un Juez-liebre o un Juez-tortuga.
9. Le fastidia que las
buenas noticias del pleito parecen llegar rápido (admisiones, cautelares estimadas,
etc) y en cambio las malas noticias (incidentes desestimado, pruebas
rechazadas, sentencia desfavorable, etc) parecen llegar tarde o no llegar.
10. Le fastidia no
entender que su abogado le frene los pies para que no visite o pida entrevista
al juez cuando él quisiera cara a cara explicarle “lo que hay”.
11. Le fastidia que los
escritos del juez le llamen “actor” cuando no es su profesión, o que consideren
“impertinente” su prueba testifical y “pertinente” la del contrario.
12. Le fastidia que le
hayan citado para comparecer en la vista oral y ser interrogado por la otra
parte, y verse enfrentado a un abogado despiadado, y además que le citen en una
fecha en que le viene en gana al juez pese a tener el particular su propia agenda
personal y familiar.
13. Le fastidia que su
abogado en el pasillo mientras esperan la vista oral, hable con el abogado
contrario con familiaridad y cortesía… ¿estará vendido?
14. Le fastidia asistir
sentado en un banquillo a una especie de circo donde todos van disfrazados con
toga, se hablan con afectación, y siguen ritos extraños, cuando para el cliente
su derecho está claro pues quiere cobrar, que no le multen, que no le
expropien, etc.
15. Le fastidia que
quiere intervenir y hablar en la vista oral, para corregir los disparates o
mentiras que escucha, pero el juez no le deja, mientras su abogado le hace
señales de que guarde silencio y compostura en sala.
16. Le fastidia
observar conteniéndose a los testigos de la parte contraria, que además los
conoce, como dicen lo que él cree mentira, o al menos, como se portan
deslealmente con él.
17. Le fastidia que el
abogado no siga sus instrucciones como cliente que paga, porque él quería decir
una cosa y mostrarle al juez otra y cantar las cuarenta a ese perito…y sin
embargo su abogado hace lo que le da le gana… o eso le parece.
18. Le fastidia
enormemente que esperaba una decisión de fondo en la sentencia, que zanjase de
una vez el litigio, y ha obtenido una sentencia que parece tomarle el pelo,
pues aprecia inadmisión o se limita a disponer la marcha atrás para volver a la
casilla de salida (ya sea “retroacción de actuaciones” del procedimiento
administrativo, o “nulidad de actuaciones” del procedimiento judicial).
19. Le fastidia leer la
sentencia varias veces y no comprenderla pese a que su abogado le explica los
tecnicismos (en cambio si la sentencia es favorable le basta con comprender el
“Fallo”).
20. Le fastidia al leer
la sentencia, pese a que consideraba su asunto importantísimo, el que reciba
una sentencia de “corta y pega” o que lo despacha con pocas líneas, a veces
parcas, a veces rituales y a veces ininteligibles, y piensa… ¿para esto pago yo
mis impuestos?
21. Le fastidia tener
que reconocer que, pese a que su abogado le advirtió del riesgo de perderlo, se
empecinó en ello, en seguir adelante y no dar un paso procesal hacia atrás, ni
para tomar carrera.
22. Le fastidia la
condena en costas, y mucho más le fastidia, no solo que su abogado no podía
anticiparle el monto que podría suponer en caso de perder, sino que la cifra
máxima fijada por el juez que le tocó en suerte es más elevada que el criterio
del juez vecino para caso sustancialmente igual.
23. Le fastidia, tras
el desenlace desfavorable, tener que aguantar las preguntas de amigos y vecinos
sobre si ya “salió la sentencia”, por la sensación de “cornudo y apaleado”.
24. Le fastidia, si el
desenlace es favorable, que el fuero le ha costado medio huevo, porque aun
ganando el pleito no ha sido gratis.
25. Le fastidia, si el
desenlace es favorable, que la otra parte ha recurrido la sentencia y que se
vuelve otra vez al terreno judicial.
26. Le fastidia que con
sentencia firme favorable, la ejecución lleva más tiempo y costes que el
desarrollo del litigio principal, y más le fastidia que los autos judiciales le
digan sin ruborizarse que la sentencia es “de imposible cumplimiento”.
27. Le fastidia que el
juez en su sentencia se declara cumplidor de la Ley pero se olvida de la
Justicia, cuando siempre pensó que el buen juez debería primero aplicar justicia
y postergar formalismos y leyes absurdas.
28. Le fastidia el
corporativismo judicial que destila el que su apelación o casación sea
desestimada, como la de la mayor parte de amigos o conocidos que han tenido que
recurrir sentencias.
29. Le fastidia que,
por lo que dicen los medios de comunicación, la justicia está politizada, ya
que a él no le engañan con esa distinción artificiosa entre Tribunal
Constitucional, Consejo General del Poder Judicial y el Poder Judicial, pues al
fin y al cabo, parece que todos visten toga y son la misma camada.
30. Le fastidia “el
papelón” de que todos hablen de la “justicia sin papeles” y él solo hace que
barajar documentos, aportarlos o sufrir el reproche de no aportarlos.
Pero lo que más le
fastidia es saber que si existe otro riesgo de sus intereses o derechos, si no
quiere echarse al monte con la escopeta, no tiene más remedio que confiar
nuevamente en la ruleta judicial.
En fin, tómese lo dicho
como una caricatura, que como toda caricatura exagera situaciones y se fija más
en la patología que en la regla general, y que intenta ofrecer una chispa amena
en el período vacacional. WEB JRChaves.
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