De nuevo llegan malas noticias para la igualdad desde los órganos de gobierno de la UE, la primera fue en junio cuando el Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumo de la Unión Europea, rechazó la petición del Parlamento Europeo de ampliar a 20 semanas la baja por maternidad, anteponiendo el coste de la iniciativa a los beneficios sociales y, a medio-largo plazo, los económicos que supondría dicha ampliación.
A partir de ese momento se retomó una propuesta, que al igual que la
rechazada ampliación llevaba aparcada mucho tiempo. Se trata de una
propuesta sobre la inserción de la mujer en la vida laboral que incluía
la ampliación de los permisos de maternidad de 14 a 18 semanas y la
creación de uno de paternidad. Pues bien, el pasado 6 de agosto, la
Comisión Europea decidió retirarla.
De nuevo, el principal argumento de oposición a esta propuesta es el coste económico, evidenciando cortedad de miras al no valorar los beneficios que suponen estas medidas. En una Europa cada vez más envejecida donde la estabilidad del sistema se cuestiona para un futuro no muy lejano, en lugar de facilitar la compatibilización de la maternidad y la carrera profesional de las mujeres o potenciar la corresponsabilidad entre los cónyuges, desde la UE lo que se hace es frenar esa opción.
La duración de los permisos de maternidad varían según los países: en España o Alemania el permiso es de 16 semanas, en Malta son 14 y en Estonia de 20 y son obligatorias. En lo que respecta al permiso de paternidad la duración también es diferente según el estado miembro y algunos ni siquiera lo tienen regulado como Irlanda o Grecia.
La maternidad, en lugar de ser una figura protegida y potenciada, se convierte en un freno para el crecimiento laboral, la promoción de la mujer y, en algunas ocasiones, en la causa de pérdida del empleo. La falta de recursos públicos y de medidas para la igualdad en las empresas dificultan, aún más, poder llevar a cabo la conciliación de la vida laboral y familiar para mujeres y hombres, imposibilitando la igualdad real.
Desde SPJ-USO continuamos reivindicando cada vez con más fuerza la igualdad de oportunidades en el acceso a los ámbitos públicos, al mercado laboral y a los órganos de toma de decisión, donde la mitad de la población sigue estando infrarrepresentada. Si bien es cierto que la mujer se ha incorporado progresivamente a todos los ámbitos de la vida pública y económica, aún queda mucho camino por recorrer, además los retrocesos que se están produciendo nos llevan a tener que reivindicar más que nunca el espacio, la participación y el reconocimiento de las mujeres en todos los ámbitos.
Esperemos que desde la UE se plateen nuevas propuestas, como anunciaba Frans Timmermans, que se centren en la ampliación del permiso por maternidad, el derecho a tener horarios de trabajo más flexibles —tanto para mujeres como para hombres—, baja por paternidad y la posibilidad de conciliar el trabajo con el cuidado de niños y dependientes.
De nuevo, el principal argumento de oposición a esta propuesta es el coste económico, evidenciando cortedad de miras al no valorar los beneficios que suponen estas medidas. En una Europa cada vez más envejecida donde la estabilidad del sistema se cuestiona para un futuro no muy lejano, en lugar de facilitar la compatibilización de la maternidad y la carrera profesional de las mujeres o potenciar la corresponsabilidad entre los cónyuges, desde la UE lo que se hace es frenar esa opción.
La duración de los permisos de maternidad varían según los países: en España o Alemania el permiso es de 16 semanas, en Malta son 14 y en Estonia de 20 y son obligatorias. En lo que respecta al permiso de paternidad la duración también es diferente según el estado miembro y algunos ni siquiera lo tienen regulado como Irlanda o Grecia.
La maternidad, en lugar de ser una figura protegida y potenciada, se convierte en un freno para el crecimiento laboral, la promoción de la mujer y, en algunas ocasiones, en la causa de pérdida del empleo. La falta de recursos públicos y de medidas para la igualdad en las empresas dificultan, aún más, poder llevar a cabo la conciliación de la vida laboral y familiar para mujeres y hombres, imposibilitando la igualdad real.
Desde SPJ-USO continuamos reivindicando cada vez con más fuerza la igualdad de oportunidades en el acceso a los ámbitos públicos, al mercado laboral y a los órganos de toma de decisión, donde la mitad de la población sigue estando infrarrepresentada. Si bien es cierto que la mujer se ha incorporado progresivamente a todos los ámbitos de la vida pública y económica, aún queda mucho camino por recorrer, además los retrocesos que se están produciendo nos llevan a tener que reivindicar más que nunca el espacio, la participación y el reconocimiento de las mujeres en todos los ámbitos.
Esperemos que desde la UE se plateen nuevas propuestas, como anunciaba Frans Timmermans, que se centren en la ampliación del permiso por maternidad, el derecho a tener horarios de trabajo más flexibles —tanto para mujeres como para hombres—, baja por paternidad y la posibilidad de conciliar el trabajo con el cuidado de niños y dependientes.
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