Un
año después de la entrada en vigor de la Ley de Jurisdicción Voluntaria,
los notarios, a quienes la nueva ley encomendó nuevas competencias,
hacen balance y aseguran que se ha agilizado la tramitación de asuntos
como los relativos a herencias, la reclamación de deudas o los divorcios
de mutuo acuerdo, si bien ven necesario acometer algunas reformas y
reclaman el acceso telemático al Registro Civil para inscribir
matrimonios, separaciones o divorcios.
El
pasado 23 de julio se cumplió un año desde la entrada en vigor de la Ley
de Jurisdicción Voluntaria (a excepción de algunos preceptos), una
norma muy esperada en los últimos años y que llegaba con la intención de
liberar de carga de trabajo a los órganos judiciales encomendando
nuevas competencias a diferentes colectivos como notarios, registradores
y letrados de la Administración de Justicia.
Una
de las medidas 'estrella' de la norma era la de asignar a los notarios
la tramitación de los expedientes de bodas y divorcios (sin hijos). Un
año después, el Notariado hace un balance positivo de la medida, pero
reclama acometer una serie de cambios que mejoren su aplicación
práctica. Así se puso de manifiesto la semana pasada durante el
seminario que organizó el Consejo General del Notariado sobre
Jurisdicción Voluntaria, en el marco de los cursos de la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
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