Los juzgados
mercantiles se convertirán en un solo tribunal con secciones especializadas.
El modelo funciona en
Barcelona y sería pionero en Andalucía.
El presidente del Tribunal Superior de
Justicia de Andalucía (TSJA), Lorenzo del Río, cree haber encontrado el remedio
para una de las jurisdicciones más colapsadas en Sevilla, la de lo Mercantil,
de la que depende la supervivencia de alrededor de un millar de empresas
actualmente en concurso de acreedores en la provincia.
Fuentes judiciales han confirmado que
el Alto Tribunal andaluz está ultimando un proyecto que sería pionero en la
comunidad y que supondría una transformación radical de este orden
jurisdiccional. A saber, desaparecían los juzgados tal y como hoy los conocemos
-en Sevilla hay dos- y se crearía un único órgano, un Tribunal de lo Mercantil.
A su vez, este tribunal se dividiría en
dos secciones -a imagen y semejanza de la estructura de la Audiencia Provincial
o el propio TSJA- que se especializarían en distintas materias.
De acuerdo con el borrador del
proyecto, una de las secciones se ocuparía de derecho societario, propiedad
intelectual y cooperativas, mientras que la otra tendría competencia exclusiva
en transporte, patentes y marcas. Los concursos de acreedores -donde hoy se
concentra el colapso- se repartirían a partes iguales.
De los cuatro magistrados -dos
titulares y dos de refuerzo- con los que actualmente cuentan los juzgados de lo
Mercantil, el nuevo tribunal pasaría a tener dos más, hasta cuatro, que serían
jueces de adscripción territorial. Así, cada sección contaría con tres
magistrados.
Aunque los refuerzos no se limitarían
al número de magistrados, puesto que el proyecto que impulsa Del Río al unísono
con los jueces de lo Mercantil contempla también aumentar el número de
secretarios desde los tres actuales a cuatro, así como el de funcionarios.
Sería en este caso la Junta de Andalucía la que tendría que aportar, al menos,
cuatro funcionarios más.
La última pata del proyecto piloto del TSJA es
el espacio físico. Como ya han venido denunciando, en público y en privado, los
jueces de lo Mercantil, la última planta del edificio Noga donde ahora se
ubican estos órganos resulta insuficiente no ya para el futuro Tribunal de lo
Mercantil, sino incluso para la actual configuración de esta jurisdicción.
En los planes que maneja Lorenzo del
Río se prevé contar con más metros cuadrados gracias a un cambio de ubicación.
Se baraja, según las fuentes consultadas por este periódico, aprovechar el
espacio libre que aún queda en la cuarta planta del inmueble, donde
teóricamente se iban a instalar más dependencias de la Fiscalía pero que, a día
de hoy, están vacías.
De este modo, el futuro Tribunal de lo
Mercantil contaría con varias salas de vistas, lo que permitiría multiplicar
exponencialmente el número de vistas, actualmente muy limitadas precisamente
por la falta de espacio.
Las previsiones que manejan quienes
están trabajando en este proyecto apuntan a que el Tribunal de lo Mercantil
podría ser una realidad en torno al mes de junio o, como muy tarde, julio. Las
fuentes destacan, especialmente, la agilidad y mayor especialización que se
conseguirían con la puesta en práctica de este plan, que no necesita,
añadieron, una inversión demasiada elevada.
Código de buenas prácticas
Además, los magistrados están
elaborando un protocolo de actuación por el que se regiría su labor, así como
un código de buenas prácticas, para todo lo cual se contemplan reuniones con
colegios profesionales y otros sectores directamente relacionados con esta
jurisdicción.
La revolución que impulsa el Alto
Tribunal andaluz en lo Mercantil no es del todo original, puesto que el modelo
funciona ya en Barcelona y con notables resultados.
Que funcione en Sevilla como en
Barcelona es la gran esperanza de los jueces de lo Mercantil. Y es comprensible
se tienen en cuenta las estadísticas que manejan.
Sólo en un mes, el de febrero, cada uno
de los dos juzgados de lo Mercantil tramitaron entre 730 y 750 asuntos, una
cifra desorbitada si se tiene en cuenta que el Consejo General del Poder
Judicial (CGPJ) estima que lo idóneo es que a cada juez le correspondan unos
350 procedimientos al año.
De seguir así, al final de 2015 se
superarán todas las marcas de los últimos años, en los que los límites fijados
por el CGPJ se han ido dejando cada vez más atrás.
Hasta el punto de que el año pasado,
2014, los juzgados de lo Mercantil de Sevilla tramitaron 3.327 asuntos. Aunque
en los ejercicios anteriores la situación no fue mejor, puesto que en 2013 la
sobrecarga de trabajo fue del 300% y en 2012, del 274,14%, muy por encima del
módulo del CGPJ.
Tal nivel de saturación en estos
órganos judiciales se está traduciendo en retrasos inimaginables antes de la
crisis, que ha tenido efectos directos en esta jurisdicción con la
multiplicación de asuntos, sobre todo concurso de acreedores de empresas que,
precisamente por este colapso y la falta de medios, ven amenazado su futuro.
Elmundoandalucia.
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