Catalá asegura que el Gobierno va a “mantener” y a “apoyar” a los jueces de paz
19.1.2018
El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha subrayado este jueves la importancia de la justicia de paz en los pequeños municipios y ha asegurado que el Gobierno la van a “mantener” y a “apoyar”. Así lo ha expresado en la en la Subdelegación del Gobierno de Almería, donde la entregado al magistrado Diego Miguel Alarcón y al exjuez de Paz de Albox, José Miras Carrasco, las medallas de la Orden de San Raimundo.
Durante la imposición de estas condecoraciones, el ministro ha subrayado que “Una de las funciones fundamentales que tiene la justicia de paz en más de 7.500 municipios de España que no tienen juzgado es precisamente que haya personas que resuelven en equidad, con un alto sentido de la justicia, que tienen todo el reconocimiento de sus vecinos”.
El magistrado Diego Miguel Alarcón Candela ha recibido la Cruz Distinguida de 1ª Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort y el exjuez de paz de Albox (Almería) José Miras Carrasco, ha sido distinguido con la Medalla de Bronce del Mérito a la Justicia de la Orden de San Raimundo de Peñafort.
“La justicia de paz tiene muchas singularidades en nuestro país, lo ha mencionado -José Miras- en su intervención, puesto de manifiesto de lo que es la justicia de paz en los municipios. Te aseguro, Pepe, que estoy muy de acuerdo por eso la vamos a mantener y la vamos a apoyar”, ha incidido.
Catalá ha destacado que los dos condecorados tienen una “gran carrera profesional detrás de sí” con “mucho trabajo, mucho esfuerzo”.
Y ha recordado que “A la justicia se la sirve desde muy distintas posiciones, desde los tribunales, sin duda, desde la abogacía, desde los servicios de todas las profesiones jurídicas, vosotros defendiendo estas profesionales también habéis contribuido durante muchos años a que la justicia sea un poco mejor cada día, cuente con magníficos profesionales”.
Los dos premiados
Diego Miguel Alarcón Candela, abogado y magistrado del Juzgado de lo Social nº1 de Almería desde 1996, ha permanecido en servicio hasta la fecha de su jubilación en mayo del pasado año 2017.
Comenzó a ejercer como juez de 1ª Instancia e Instrucción del Partido Judicial de Vélez Rubio (Almería) en 1989.
José Miras Carrasco nació en Albox, estudió Magisterio y ha ejercido la enseñanza como maestro durante 35 años.
Miras Carrasco fue el primer alcalde de Albox elegido democráticamente en marzo de 1979. Además desempeñó la presidencia de las Comisiones de Relaciones Públicas, Personal y Cultura, promoviendo entre otras actuaciones la creación de la Hemeroteca Provincial y el Instituto de Estudios Almerienses.
Fue nombrado juez de Paz titular de Albox (Almería) por la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía con fecha 21 de marzo de 1995, desempeñando su cargo hasta el 7 de octubre de 2011.
Fuente: Confilegal.com
No entiendo como el Sr. Ministro hace la afirmación que los jueces de paz dictaminaban en equidad. Si esto hubiera ocurrido cualquier letrado o perjudicado hubiera recurrido la Sentencia o no la hubiera acatado. Lo que el Sr. ministro debiera preguntarse es que están haciendo las 25000 personas que cada año acudían a los Juzgados de Paz para resolver sus pequeños litigios injuriosos y que ahora no saben a donde acudir. Pongo un ejemplo conocido por ser de vecindad: dos familias se ensalzan en injurias y amenazas en el mes de Octubre, hoy, 19 de enero hace una semana que conocieron la sentencia, o sea casi tres meses para un litigio que en un juzgado de paz se resolvía en uno y a un muy bajo precio para el administrado y la administración y esto no ha acabado, aún ejecutar lo sentenciado.
ResponderEliminarEste Ministro no conoce ni conocía las funciones que se llevaban a cabo en los Juzgados de Paz y se puede pensar que ha respondido esto para salir de la "recriminación o queja" que el "raimundado" Sr. Mira, le ha efectuado por abolir la principal competencia de los Juzgado de Paz.
Comportamientos como este del legislativo-ejecutivo en cuanto a "quitarles" servicios al medio rural nos lleva, "sin ser un lince o adivino", al despoblamiento del mundo rural y al incremento de la violencia.